jueves, 21 de agosto de 2008


Un día, hace tiempo ya, salío mi hijo de mi casa, para vivir una maravillosa aventura.
Justo en esos días, llego a mi Parroquia un sacerdote jóven, que se parecía mucho a mi hijo fisicamente.Esa es la razón de este cuento, que unos días antes había escrito para mi hijo, pero que pensaba, sería lo que su madre desde el cielo, querría decirle también a Josemanuel.
En algunas decisiones de nuestros hijos debemos acompañar como madres, los proyectos de los hijos, aunque a veces no los entendamos completamente, pero confiadas en que alguien les guia y les cuida, mientras no estan bajo nuestra mirada.
Carlos, Nunca la distancia borra el dulce recuerdo de tu alegría.
Josemanuel, Nunca la distancia, nos hará olvidar su ejemplo de pastor, para esta comunidad de La Algaba, a pesar de su juventud.

Carmely.






























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